Derecho

Análisis Económico del Derecho
25 de junio de 2021

Análisis económico del derecho penal: Gary Becker

El análisis económico de Gary Becker del derecho penal dio pie al desarrollo de la teoría económica del crimen. Este enfoque presume que algunos individuos, calculando la probabilidad de ser atrapado y el tamaño del castigo, deciden cometer actos ilícitos porque su recompensa es mayor que la sanción y de esta forma maximizan su bienestar.

«¿Qué significa la palabra crimen? Mi conciencia está tranquila. Cierto es que he cometido un asesinato, que he violado la letra de la ley y derramado sangre… ¡Pues bien! Para respetar la letra de la ley, tomad mi cabeza y no hablemos más.»
― Dostoievski, Crimen y Castigo (1866).

 

El trabajo de Gary S. Becker[1] se centra en analizar, desde un enfoque económico, problemáticas sociales y jurídicas que anteriormente eran poco consideradas por los economistas, como la discriminación racial o de género (que implica necesariamente integrar preferencias amplias como el odio o prejuicio hacia grupos particulares), el derecho penal y la teoría económica del crimen o actividades delictivas (que incorpora al comportamiento racional las acciones ilegales o antisociales), el capital humano (que considera que la productividad de los individuos en el trabajo y/o en otros escenarios se modifica por la inversión en su educación, capacitación y aprendizaje), la tasa de divorcios o fertilidad en las familias (que interpreta las relaciones entre los miembros de una familia y su comportamiento como maximizadores de utilidad). Todo esto desde un enfoque amplio de los supuestos de racionalidad y del conjunto de valores y preferencias que derivan en el comportamiento individual.

En su análisis no se asume que los individuos están motivados solamente por el propio interés y las ganancias. Se asume que los individuos maximizan su bienestar siendo consistentes a través del tiempo sin importar si son egoístas, altruistas, leales, malvados, masoquistas, etc., y donde los individuos intentan ―lo mejor que pueden― anticipar las consecuencias de sus acciones, que a su vez son restringidas por su ingreso, memoria y capacidad de cálculo imperfecta, pero cuya restricción fundamental es el tiempo de vida (el recurso más limitado), y otros recursos y oportunidades que se dan en la esfera económica que, en gran medida, están determinadas por las acciones privadas y colectivas de otros individuos y organizaciones (Becker, 1993).

Becker integra la discriminación hacia grupos particulares como una variable en los gustos y preferencias de los individuos cuando toman decisiones introduciendo el concepto de coeficientes de discriminación. Por ejemplo, un consumidor puede preferir negociar con un vendedor caucásico o de su misma raza, o un individuo puede negarse a trabajar con una mujer o un afroamericano aún y cuando le sea bien pagado. La discriminación de empleados y consumidores hacia grupos particulares como mujeres, negros, homosexuales o hacia grupos minoritarios como inmigrantes, discapacitados o grupos religiosos puede ser significativa para el mercado porque puede influir en el nivel de ganancias, desempleo, etc.

El análisis sobre su investigación acerca del capital humano gira en torno a las inversiones en educación y capacitación de los individuos como un factor para el crecimiento económico. Becker empezó calculando la tasa de retorno privada y social de la inversión a diferentes niveles de educación en hombres, mujeres y afroamericanos. El análisis empírico sobre mayores ganancias en personas más educadas responde al hecho de que son más capaces y obtienen mejores resultados en encuestas de aptitudes.

Los conceptos en el análisis de capital humano hacen la distinción entre capacitación o conocimiento “general” y “específico”; por ejemplo, enseñar a alguien a operar una computadora es conocimiento general, mientras que el aprendizaje de la estructura de la autoridad y el talento de los empleados en una empresa en particular es conocimiento específico. Donde los empleados ―con alta capacitación específica― son los últimos en perder su puesto (Becker, 1993).

En cuanto al análisis del comportamiento de los miembros de una familia, el punto de partida es que tanto hombres como mujeres cuando deciden casarse, divorciarse o tener hijos lo hacen maximizando su utilidad calculando costos y beneficios. Es decir, un individuo se casa esperando un bienestar mayor que permaneciendo soltero, o se divorcia si su utilidad esperada es mayor que permaneciendo casado. En otras palabras, espera aumentar su bienestar.

Según el autor, este es un marco que combina el comportamiento maximizador con los mercados de casamientos y divorcios, y con la división del trabajo entre hombres y mujeres, donde las personas con mayores ingresos tienden a obtener más permaneciendo casadas. Las parejas ricas se divorcian menos que las pobres, es decir, son más estables (Becker, 1993).

También este análisis plantea que tanto padres e hijos estarían mejor si los padres invirtieran más en los hijos (por ejemplo en educación), si los hijos se comprometen a cuidar de los padres cuando estén retirados. El punto de vista económico implicaría que los padres intentan anticipar los efectos de las acciones de los hijos cuando sean adultos.

La teoría económica necesita incorporar ―dice Becker― la culpa, el afecto y actitudes relacionadas en el ordenamiento de las preferencias para un entendimiento más profundo de los compromisos entre individuos. Si los padres anticipan que sus hijos los ayudarán cuando estén retirados, tal vez inviertan más en su educación, independientemente del afecto hacia ellos, porque estarían maximizando su bienestar (Becker, 1993).

En cuanto a las actividades delictivas, anteriormente se pensaba que los criminales eran personas con desórdenes mentales, en última instancia, enfermas. Bajo el enfoque de Becker se cree que las motivaciones de los criminales no son tan diferentes a las de cualquier otra persona y que su comportamiento es igualmente “racional”.

Lo que diferencia a un criminal de una persona que no comete actos ilícitos es que su conducta está restringida por consideraciones éticas y morales. Este enfoque de racionalidad implica que algunos individuos, calculando la probabilidad de ser atrapado y el tamaño del castigo, deciden cometer actos ilícitos porque su recompensa es mayor que permanecer en el escenario legal. Es decir, su utilidad esperada es mayor, y ―si son racionales― siempre van a maximizar su utilidad.

Según Becker, el nivel de delitos está determinado por la racionalidad y las preferencias de los potenciales criminales, el nivel de escolaridad, el entorno socioeconómico creado por las políticas públicas, tipos y/o grados de castigos y oportunidades de empleo (Becker, 1993).

También cree que el robo es socialmente perjudicial porque, reconociendo que los criminales gastan en armas y en tiempo planeando y llevando a cabo sus fechorías, ese gasto es socialmente improductivo porque no crea riqueza, solo es una forma de redistribuir (a la fuerza) los recursos usualmente de los individuos más ricos a los más pobres (Becker, 1993).

En “Crimen y castigo: un enfoque económico” Becker (1968) plantea una serie de relaciones subyacentes a la cuestión del comportamiento del delincuente racional que incorpore los costos directos aparejados a las actividades ilícitas. Aquí solo mencionamos algunas:

Relación 1: La cantidad del daño ocasionado (H) tiende a aumentar con el nivel de actividad delictiva o número de delitos (O):

H=H(O))

Donde el daño marginal es mayor que cero:

H^’=dH/dO ˃ 0

Relación 2: El valor social del beneficio (G) para los delincuentes también tiende a aumentar con el número de delitos (O):

G=G(O)

Donde el beneficio marginal es mayor que cero:

G^’=dG/dO ˃ 0

Relación 3: El costo neto o el daño a la sociedad (D) es simplemente la diferencia entre el daño (H) y el beneficio (G):

D(O)=H(O)-G(O)

Así, resulta plausible asumir que los delincuentes generalmente perciben un beneficio marginal decreciente ( ) y causan un daño marginal creciente ( ) por cada delito adicional.

El costo neto marginal es mayor que cero:

D^”=H^”-G^”˃ 0

Cuanto más se gaste en policías, personal judicial y equipo especializado, más fácil es descubrir delitos y condenar a los delincuentes. En este sentido, sería más barato lograr cualquier nivel de actividad para combatir el crimen, mientras más baratos fueran los policías, los jueces, los abogados y el equipo requerido como armas, uniformes, patrullas, prisiones, juzgados, etc. (Becker, 1968, p. 174).

Relación 4: El costo (C) de combatir la actividad delictiva tiende a aumentar con el nivel de actividad policial y judicial (A):

C=C(A)

En este sentido, una aproximación a una medida empírica de “actividad policial y judicial” es el número de delitos resueltos por sentencia.

Relación 5: donde p es la probabilidad de que un delito se resuelva por sentencia.

A≅pO

 De estas sencillas relaciones se deriva la siguiente gráfica:

Un delincuente en tanto más delitos cometa obtendría mayor beneficio o recompensa, pero también sería mayor su sanción (y dependiendo de la gravedad del delito).

 

En el mismo sentido que la obra de Dostoievski, el enfoque de Becker gira en torno a dos ideas fundamentales: i) la trasgresión de las leyes morales y sociales, basada en el supuesto de la libertad humana y ii) el sometimiento posterior e inevitable a dichas leyes, que es consecuencia de la negación de esa misma libertad.

Finalmente, un paso importante para extender el análisis racional a cuestiones jurídicas es incorporar un conjunto más nutrido de actitudes, preferencias y cálculos a los ya contemplados en la teoría estándar del comportamiento racional.

En la conferencia que pronunció cuando recibió el Premio Nobel en 1992, Becker menciona que las decisiones de los individuos no sólo derivan de los supuestos de racionalidad cuando dice:

“La elección individual racional se combina con supuestos sobre tecnologías y otros determinantes de oportunidades, equilibrio en situaciones de mercado y fuera de mercado, y leyes, normas y tradiciones para obtener resultados relacionados con el comportamiento de los grupos. (…) Ninguna de las teorías consideradas en esta conferencia apunta a la mayor generalidad; en cambio, cada una intenta derivar implicaciones concretas sobre el comportamiento que se pueden probar con encuestas y otros datos.” [2]

El enfoque de Becker no apunta a la mayor generalidad; sin embargo, ¿cuál es la relevancia empírica de las predicciones derivadas de una teoría basada en la racionalidad individual? Él mismo dice: “Una relación estrecha entre teoría y evidencia empírica ayuda a evitar que tanto el análisis teórico como la investigación empírica se vuelvan estériles.”[3]

Finalmente Becker concluye su conferencia diciendo: “El modelo de elección racional proporciona la base más prometedora actualmente disponible para un enfoque unificado del análisis del mundo social por parte de académicos de las ciencias sociales.”[4] Es verdad que cada vez más investigadores pertenecientes a los campos de la sociología, el derecho, ciencias políticas, antropología y psicología a menudo se sienten atraídos por la forma económica de modelar el comportamiento de las personas debido a su poder analítico y predictivo proporcionado por el supuesto de la racionalidad.

Sin duda, uno de los casos más sobresalientes es el Análisis económico del derecho de Gary Becker.

Autor:
José Manuel Ortega Urbina*
Facultad de Economía
Universidad Nacional Autónoma de México

Referencias:

[1] Gary Stanley Becker nació en Pottsville, Pensilvania el 2 de diciembre de 1930. Su padre, Louis William Becker, emigró de Montreal a los Estados Unidos a los dieciséis años y se mudó varias veces antes de establecerse en Pensilvania. La madre era Anna Siskind. A los cinco años, Gary y su familia se mudaron a Brooklyn. Estudió en la Universidad de Princeton. Hizo su doctorado en la Universidad de Chicago en 1955, donde conoció a Milton Friedman, quien tendría una enorme influencia en su desarrollo intelectual. Después de obtener su doctorado, Becker pasó algunos años como profesor asistente en la Universidad de Chicago y luego se mudó a la Universidad de Columbia. En 1967 ganó la medalla John Bates Clark, otorgada al mejor economista estadounidense menor de 40 años; le otorgaron el Premio Nobel de Economía en 1992; y en 2007, la Medalla Presidencial de la Libertad, el máximo galardón de honor otorgado por el presidente de los Estados Unidos a un civil. Gary Becker falleció el 3 de mayo de 2014 a la edad de 83 años.

[2]  Becker, G. (1993). Nobel Lecture: The Economic Way of Lookig at Behavior. Journal of Political Economy, 101(3): 402. (Traducción propia)

[3] Becker, G.(1993). Nobel Lecture: The Economic Way of Lookig at Behavior. Journal of Political Economy,101(3):403. (Traducción propia)

[4] Ibid.

Becker, G. S. (1968). Crime and Punishment: An Economic Approach, Journal of Political Economy, Vol. 6, No. 2, pp. 169-217.

Becker, G. S. (1993). Nobel Lecture: The Economic Way of Looking at Behavior, Journal of Political Economy, Vol. 101, No. 3, pp. 385-409.

Cooter, R. & Ulen, T. (2010). Law & Economics, 6th Ed, Pearson.

http://worthwhile.typepad.com/worthwhile_canadian_initi/2014/05/obituary-gary-becker.html