Derecho

UAEM
9 de agosto de 2021

¿Qué políticas públicas deben implementarse para el desarrollo la soberanía farmacéutica colombiana?

En Colombia el desabastecimiento de medicamentos esenciales representa un problema histórico y el suministro de vacunas para el COVID-19 no es la excepción; como solución a estas problemáticas se destaca el modelo de soberanía farmacéutica argentino que define a los medicamentos y vacunas como bienes sociales de interés nacional, así mismo, proponemos un sistema autárquico, de cooperación integral con entidades públicas y privadas, y la tecnificación en la extracción de recursos, que permitan una producción tanto de medicamentos y vacunas que suplan la necesidad nacional, como de activos intangibles para el Estado Colombiano como lo son las patentes.

En Colombia se evidencia la existencia de un problema generalizado que se ha desarrollado a lo largo de su historia, y es la dificultad frente al abastecimiento de medicamentos esenciales en el sistema de salud. En el año 1980 bajo un razonamiento de costo-eficacia[1], en Colombia se optó por interrumpir la producción de sueros antirrábicos y antiofídicos, entre otros activos para la producción de vacunas, toda vez que se prefirió la importación de dichos sueros y vacunas, la cual se ha negociado con países como México. Sin embargo, el suero antinómico solo puede ser importado del instituto Butantan de Brasil, lo cual generó la necesidad de una medida de emergencia para su importación, pues se vio un aumento en las muertes por causa de mordedura de serpientes en la ausencia de biológicos, lo que conllevó a un pánico gubernamental que se desembocó en una emergencia sanitaria entre los años 2004 y 2010. Esta situación solo tuvo como solución la producción local del activo por parte del Instituto Nacional de Salud y la empresa PROBIOL[2].

Debido a las falencias constatadas que obstaculizan el desarrollo de una soberanía farmacéutica en el país, se repite la historia nuevamente en el 2020, generándose dificultades en la aplicación, distribución y producción de vacunas frente a la emergencia sanitaria protagonizada por el COVID-19. Durante los primeros 7 meses del 2021 la vacunación en Colombia solo ha tenido la cobertura de un poco más de doce millones de vacunados completos (bien sea porque completaron el esquema de doble dosis o el de mono dosis), que corresponden a 28.152.320 dosis aplicadas, esto dentro del programa de vacunación nacional se espera vacunar en 2 fases y 5 etapas para logar la cobertura de 35’000.000 de colombianos vacunados[3], cuando la población total en Colombia es de 51´273.538 colombianos, y la inmunidad colectiva requeriría la vacunación de una porción significativa de la población[4]. Sin embargo, la cobertura del plan nacional es de un poco más del 60% y dicho plan realmente no ha culminado consecuentemente sus etapas, sino que las atiende de forma concomitante y desordenada en el transcurso del 2021. Colombia depende de la importación de las unidades marginales de otros países cuando se trata de medicamentos esenciales, y si bien las vacunas no son unidades sobrantes de otros países, su producción en el extranjero hace que no se hayan podido conseguir hasta la fecha la cantidad requerida para atender a toda la población nacional, generando que el plan nacional de vacunación es ineficiente debido a las pocas dosis que se han conseguido en comparación a países como Estados Unidos y dada la ejecución de la vacunación en términos a largo plazo, donde pareciera que se ignorara la necesidad de los colombianos de volver a tiempos de normalidad, pues algunos pacientes tiene la aplicación de la segunda de su vacuna dosis con 2 y hasta 3 meses de separación, donde siguen siendo vulnerables al virus.

Ahora bien, teniendo en cuenta la crisis histórica del sistema farmacéutico en Colombia, pues las situaciones expuestas son apenas algunas de las problemáticas del sistema ¿Qué políticas públicas deben implementarse para el desarrollo de la soberanía farmacéutica colombiana?

Un gran ejemplo de la construcción y desarrollo de una soberanía farmacéutica radica en el sistema argentino, donde el artículo 1 de la Ley 26.688 sobre la declaración de interés nacional la investigación y producción pública de medicamentos, materias primas para la producción de medicamentos, vacunas y productos médicos[5], establece a los medicamentos y vacunas como bienes sociales cuya investigación y producción pública es de interés nacional. El sistema se direcciona a un abastecimiento autárquico, es decir, que está diseñado para suplir su propia demanda, incluso poder producir unidades adicionales que les permiten participar en el mercado de exportaciones.

El sistema argentino inició con la construcción de la Ley 26.688 desde el 2010[6], permitiéndoles tener al 2021 un sistema fuerte y eficiente frente a la demanda de sus necesidades farmacéuticas, todo esto construido en medio de una situación económicamente inestable para Argentina, lo cual evidencia que la excusa de un país para construir una autonomía farmacéutica no puede ser una precaria administración de ingresos y gastos estatales, por lo tanto, la solución frente a las falencias de un sistema farmacéutico no radica en la destinación o ausencia de dineros, sino en la organización clara y concreta de una infraestructura normativa y materialmente eficiente.

Teniendo en cuenta la normatividad argentina, Colombia, en desarrollo de su soberanía farmacéutica, debería construir una política pública normativa que comprenda los lineamientos básicos y concisos de un sistema farmacéutico eficiente que pueda suplir la demanda en el sistema de salud del pueblo colombiano. Dentro de esta norma se deben comprender unos objetivos específicos, en primera medida, construir un solo cuerpo normativo conciso, minimalista y claro que permita la construcción de una infraestructura suficiente y eficaz para abastecer las necesidades sanitarias del país.

Dentro de la infraestructura a proponer se deben comprender ciertos puntos vitales que garantizan el desarrollo de la soberanía farmacéutica de Colombia en un mediano plazo. En primera medida, se debe emplear un registro único en una base de datos electrónica para conocer el desarrollo de las actividades de empresas que hoy se dedican a la producción farmacéutica en Colombia, lo que permite el conocimiento pleno de la estructura actual que posee Colombia en la producción y distribución de medicamentos esenciales, toda vez que ello facilita trazar un plan de fortalecimiento de dichas instituciones para su eficiente funcionamiento, es necesario que el pueblo colombiano tenga conocimiento de los elementos con los que cuenta para saber los que necesita.

En segundo lugar, el Estado colombiano debe propender por incentivar la colaboración con entidades privadas para la investigación y desarrollo de patentes farmacéuticas, pues el papel protagónico investigativo lo juegan en su mayoría las universidades en países desarrollados, pues se trata de instituciones cuyo objetivo es el desarrollo académico. Este punto se ejecutaría con inversión estatal en la investigación privada recibiendo a cambio el resultado de esta. Es decir, la inversión estatal tendría como resultado la tenencia de patentes por parte del Estado colombiano, que le permiten producir sus propios medicamentos y abastecer su demanda, tener excedentes de producción para participar en mercados internacionales y recibir réditos producto de la utilización de sus patentes por parte de otros países o empresas[7].

Finalmente, se debe implementar la inversión pública para la industrialización de la producción de materias primas necesarias en la producción farmacéutica, pues dichas materias tienen un papel principal en la cadena de transformación del producto para llegar a ser un medicamento consumible o comerciable. Lo anterior, toda vez que Colombia depende de la importación de esas materias primas ya transformadas y listas para su utilización en la cadena de producción farmacéutica. Estas políticas evidencian que la consolidación de un sistema con soberanía farmacéutica depende de los primeros eslabones de la cadena productiva, y ello genera un ahorro para el Estado colombiano a largo plazo, pues la producción a su favor de materias primas locales de forma tecnificada reduce gastos al dejar de necesitar suplir esa demanda de materia prima con importaciones, esto al mediar una inversión inicial para la industrialización nacional que permita la transformación del producto bruto en la materia prima utilizable en medicamentos y vacunas[8].

En conclusión, los problemas que obstaculizan el desarrollo de la soberanía farmacéutica son históricos y el Estado se encuentra en mora de solucionarlos, cuando lo cierto es que la solución radica en la voluntad estatal de generar políticas públicas con objetivos claros, concisos y eficientes, que consisten en la generación de un registro único de entidades que se dedican a la producción farmacéutica, en la elaboración de una ley minimalista para la articulación de una infraestructura pública con colaboración y financiación del desarrollo e investigación de la academia, empresa privada y la financiación estatal para la industrialización de las materias primas locales necesarias para la producción farmacéutica. Lo anterior permite la elaboración de una infraestructura a mediano plazo para abordar problemáticas de salud pública cuando se presenten y para poder suplir el abastecimiento de la demanda que genera el sistema de salud.

Colombia es un país consumidor por excelencia, pero es un productor insuficiente, y por defecto, somos dependientes de importaciones de unidades sobrantes de otros países, es entonces donde Colombia se ve en el paradigma de tener que generar el cambio necesario para construir nuestra soberanía farmacéutica ¿o seremos quienes esperen más acontecimientos que cobren vidas en virtud de la escasez de medicamentos esenciales, por depender históricamente de la producción marginal de países cuya soberanía farmacéutica ya está consolidada?

Autores:
Juan Camilo Marín Varón
Estudiante de Quinto año en proceso de grado de la Facultad de Derecho de la U. Externado
Integrante Semillero de investigación Medicamentos Esenciales – Capítulo UAEM Externado
Departamento de Derecho Económico

Manuela Correa Cardona
Estudiante de Quinto año en proceso de la Facultad de Derecho de la U. Externado
Integrante Semillero de investigación Medicamentos Esenciales – Capítulo UAEM Externado
Departamento de Derecho Económico

Referencias

[1] Gómez, Jorge Enrique (2020). Autonomía farmacéutica y biotecnológica frente a emergencias sanitarias. Asociación Colombiana de Infectología, 1. Recuperado de http://revistainfectio.org/index.php/infectio/article/view/875/1052

[2] Ministerio de Salud. (2014). REPORTE DE CASO DESABASTECIMIENTO SUEROS ANTIOFÍDICOS. Recuperado de https://www.minsalud.gov.co/sites/rid/Lists/BibliotecaDigital/RIDE/VS/MET/formato-final-caso-pagina-sueros-antiofidicos-03-08-15.pdf

[3]  Colombia, S. P. S. D. M. Y. (2021). Vacunación contra COVID-19. Recuperado de https://www.minsalud.gov.co/salud/publica/Vacunacion/Paginas/Vacunacion-covid-19.aspx

[4] Preguntas y respuestas. (2020). Recuperado de https://www.who.int/es/news-room/q-a-detail/herd-immunity-lockdowns-and-covid-19?gclid=CjwKCAjwm7mEBhBsEiwA_of-TKFMhUezwGHwzh8dM9e9zQx4hdpZyM3QDIUAhJ-DU0WAuf8lM_a2UhoCUIMQAvD_BwE.

[5] Salud Publica . Ley 26.688. Articulo 1.  29 de junio de 2011. Argentina. “Declárase de interés nacional la investigación y producción pública de medicamentos, materias primas para la producción de medicamentos, vacunas y productos médicos entendiendo a los mismos como bienes sociales

[6] Salud Publica . Ley 26.688.  29 de junio de 2011. Argentina. Recuperado de http://www.anmat.gov.ar/webanmat/Legislacion/Medicamentos/Ley_26688.pdf

[7] Quintanilla, Z. U. (2000, febrero). Universidad y Ciencia en América Latina. Recuperado de http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1414-32832000000100022

[8] Valencia, M.-M. I. C. O. D. F. (2018, 17 febrero). Fármacos: El 80% de las materias primas procede de China e India. Recuperado de https://www.micof.es/ver/16752/farmacos-el-80-de-las-materias-primas-procede-de-china-e-india.html

Gómez, Jorge Enrique (2020). Autonomía farmacéutica y biotecnológica frente a emergencias sanitarias. Asociación Colombiana de Infectología, 1. Recuperado de http://revistainfectio.org/index.php/infectio/article/view/875/1052

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